Toser sangre, técnicamente llamada hemoptisis, no siempre es un signo de un problema grave. Puede aparecer por una pequeña herida en la nariz o garganta que sangra al toser, o por sequedad prolongada de las membranas del sistema respiratorio.
Sin embargo, cuando se acompaña de otros síntomas como fiebre, dificultad para respirar, dolor en el pecho, sudores nocturnos y pérdida de peso, la tos con sangre puede indicar afecciones más graves, como neumonía, tuberculosis o cáncer de pulmón.
Por ello, se recomienda consultar a un médico de cabecera o a un neumólogo siempre que la tos con sangre persista durante más de 24 horas, se acompañe de otros síntomas como dificultad para respirar o sibilancias, o si la cantidad de sangre es grande o aumenta con el tiempo. tiempo.
Causas principales
Las principales causas de la tos con sangre son:
1. Lesiones de las vías respiratorias
En muchos casos, la tos con sangre se produce por simples lesiones en la nariz, irritación de la garganta o por determinados procedimientos médicos, como broncoscopias, biopsias de pulmón, endoscopias o cirugías para extirpar las amígdalas, por ejemplo.
Hacer: En la mayoría de los casos, la tos con sangre desaparece por sí sola sin necesidad de tratamiento. Sin embargo, si persiste por más de un día, es importante acudir al neumólogo para identificar el problema e iniciar el tratamiento adecuado.
2. Tos prolongada
Cuando se tiene gripe y uno de los síntomas es una tos seca, fuerte y prolongada, es relativamente común que al toser aparezca sangre debido a la irritación de las vías respiratorias. Esto puede durar varios días si no se brinda el tratamiento adecuado.
Hacer: Si la tos con sangre u otros síntomas de la gripe no desaparecen después de unos días, se recomienda consultar a su médico. Éste podrá indicar el tratamiento más adecuado, que podría incluir medicamentos antiinflamatorios o antipiréticos, por ejemplo.
3. Neumonía
La neumonía es una infección pulmonar grave que suele provocar síntomas como tos con sangre, fiebre, dificultad para respirar, dolor en el pecho y palpitaciones. El diagnóstico se realiza mediante pruebas médicas y el tratamiento puede incluir el uso de antibióticos.
Hacer: Dado que algunos tipos de neumonía requieren tratamiento con antibióticos, se recomienda acudir a un neumólogo para confirmar el diagnóstico e iniciar el tratamiento adecuado. En los casos más graves, la neumonía puede afectar significativamente la respiración, requiriendo ingreso hospitalario.
4. Tuberculosis
Además de toser sangre, muy característica de los casos de tuberculosis, esta enfermedad también puede provocar otros síntomas como fiebre persistente, sudores nocturnos, fatiga extrema y pérdida de peso. En estos casos, la tos suele estar presente durante más de 2 semanas.
El diagnóstico de tuberculosis pulmonar se realiza mediante un examen de esputo y el tratamiento se realiza con antibióticos.
Hacer: La tuberculosis es causada por una bacteria, por lo que su tratamiento es siempre con antibióticos que se deben tomar durante varios meses para curar completamente la infección. Por tanto, si se sospecha tuberculosis, es imprescindible consultar a un neumólogo.
Además, si se confirma el diagnóstico, es importante informar a sus allegados para que también se hagan la prueba de tuberculosis, ya que la enfermedad se transmite fácilmente.
5. Bronquiectasias
Las bronquiectasias es una enfermedad respiratoria que provoca tos con sangre que progresivamente empeora debido a la dilatación permanente de los bronquios, provocando una producción excesiva de secreciones, así como una sensación frecuente de dificultad para respirar.
Esta condición se debe principalmente a fibrosis quística, neumonía o infecciones por hongos.
Hacer: Es importante consultar a un neumólogo o médico general para realizar el diagnóstico e iniciar el tratamiento adecuado con medicamentos que ayuden a aliviar los síntomas, mejorando así la calidad de vida.
6. Bronquitis
La bronquitis también puede provocar tos con sangre, aunque esto es más raro ya que provoca inflamación recurrente de los bronquios, aumentando la irritación de las vías respiratorias y la probabilidad de sangrado.
Hacer: En la mayoría de los casos, descansar y beber agua ayudan a aliviar los síntomas de la bronquitis. Sin embargo, si los síntomas persisten o hay mayor dificultad para respirar, es importante consultar a un médico, ya que puede ser necesario el uso de medicamentos.
7. Embolia pulmonar
La embolia pulmonar es un problema grave que debe tratarse lo antes posible en un hospital. Generalmente ocurre por la presencia de un coágulo que impide el flujo sanguíneo hacia el pulmón, provocando la muerte de los tejidos afectados y una intensa dificultad para respirar.
Además de toser sangre, es común experimentar dificultad extrema para respirar, dedos azules, dolor en el pecho y aumento del ritmo cardíaco. Comprenda más sobre cómo se produce la embolia pulmonar.
Hacer: Siempre que se presente dificultad respiratoria intensa, acompañada de dolor en el pecho y tos, es fundamental acudir rápidamente al hospital para iniciar el tratamiento adecuado.
8. Cáncer de pulmón
Se sospecha cáncer de pulmón cuando hay tos con sangre y pérdida de peso en los últimos meses, sin dieta ni ejercicio.
Otros síntomas que pueden presentarse incluyen fatiga y debilidad, que pueden aparecer cuando el cáncer se origina en el pulmón, siendo más común en fumadores, o cuando existen metástasis en el pulmón. Obtenga más información sobre otros síntomas que pueden indicar cáncer de pulmón.
Hacer: El éxito del tratamiento del cáncer es mayor cuanto antes se diagnostique.
Por lo tanto, siempre que existan síntomas que puedan indicar un problema pulmonar, es fundamental consultar a un neumólogo para realizar las pruebas necesarias e iniciar el tratamiento según el estadio del cáncer, si corresponde.
9. Edema pulmonar
El edema pulmonar ocurre cuando hay una acumulación de líquido dentro del pulmón y es más común en personas con problemas cardíacos, como insuficiencia cardíaca congestiva, en la que el corazón no puede bombear sangre adecuadamente, lo que provoca una acumulación en los vasos sanguíneos pequeños. de los pulmones, liberando líquido en su interior.
En estos casos, la persona puede toser sangre y secreciones espumosas. Otros síntomas comunes incluyen dificultad para respirar, labios y dedos azulados, dolor en el pecho y frecuencia cardíaca rápida.
Hacer: El edema pulmonar es una emergencia médica. Es fundamental acudir al hospital si se sospecha esta condición, especialmente en personas con enfermedades cardíacas.
De esta forma se puede realizar rápidamente el diagnóstico e iniciar el tratamiento adecuado, que normalmente se realiza en el hospital.
Cuando ir al medico
Se recomienda consultar a un neumólogo cuando la tos con sangre es excesiva, dura más de 3 días o se acompaña de otros síntomas como:
- Sangre en orina o heces;
- Dolor severo en el pecho;
- Mareo;
- Fiebre superior a 38°C;
- Dificultad para respirar.
Si sospechas que la situación es grave, debes llamar al número de urgencias médicas de tu país o acudir a urgencias para que la situación sea evaluada por un médico.
Durante la consulta con el médico se pueden recomendar pruebas como radiografías, broncoscopia, tomografía computarizada o resonancia magnética para identificar la causa de la tos con sangre y así indicar el tratamiento más adecuado.
Tos con sangre en bebés y niños.
En los niños, la causa más común es la presencia de pequeños objetos colocados en la nariz o la boca que pueden llegar a los pulmones, provocando una tos seca con restos de sangre. En estos casos no suele haber gran cantidad de sangre, pero es importante llevar al niño al hospital para que le realicen una radiografía para determinar la causa.
El médico también puede utilizar un pequeño instrumento para examinar los oídos, la nariz y la garganta del niño en busca de objetos como aretes, piezas pequeñas, maíz, guisantes, frijoles o juguetes que puedan haber sido introducidos. Dependiendo del tipo y ubicación del objeto, se puede extraer con pinzas o mediante cirugía.
Otras causas menos comunes de tos con sangre en bebés y niños son las enfermedades pulmonares o cardíacas, que deben ser diagnosticadas y tratadas por un pediatra.