Reprimir la necesidad de evacuar puede hacer que las heces se trasladen al colon sigmoide, donde se absorbe el agua, volviéndolas duras y secas, provocando estreñimiento y dificultad para evacuar.
A veces, las actividades diarias, como el trabajo de cajero o de conductor, dificultan ir al baño, lo que hace que contener las ganas de defecar sea cada vez más difícil.
Este hábito puede provocar fisuras anales y hemorroides, que a su vez pueden provocar sangre en las heces. Por ello, se recomienda acudir a un gastroenterólogo o cirujano general para recibir el tratamiento adecuado.
7 consecuencias principales
Las principales consecuencias de resistir el impulso de evacuar son:
1. Estreñimiento
La consecuencia más común de contener las ganas de evacuar es sufrir estreñimiento, porque las heces permanecen más tiempo en el intestino, donde se absorbe agua y, por ello, se secan y se vuelven más difíciles de expulsar. .
Hacer: El mejor momento para evacuar es inmediatamente después de sentir las ganas, ya que no es necesario hacer esfuerzo para defecar, lo que ayuda a mantener el intestino funcionando correctamente y, por tanto, evita complicaciones relacionadas con el estreñimiento.
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2. Fisuras anales
Las fisuras anales suelen aparecer cuando las heces son muy duras y secas, lo que puede provocar lesiones en el ano durante la evacuación. Esto puede provocar sangre de color rojo brillante en las heces, así como dolor y malestar al defecar. Aprenda a identificar y tratar las fisuras anales.
Hacer: El tratamiento de las fisuras anales se realiza con el objetivo de evitar infecciones, siendo necesario realizar una adecuada higiene íntima, utilizando preferentemente papel higiénico humedecido con agua.
Asimismo, es importante mejorar los hábitos alimentarios, mantenerse siempre hidratado y evitar reprimir las ganas de defecar para que no se formen nuevas grietas.
3. Hemorroides
Las hemorroides suelen aparecer como resultado de heces secas y esfuerzo excesivo al defecar. Esto es común en personas con estreñimiento, especialmente aquellas que evitan defecar fuera de casa, reteniendo las heces.
Se trata de venas dilatadas y protuberantes en la región anal, que pueden provocar picazón, dolor y, en algunos casos, presencia de sangre en las heces. Conozca qué son las hemorroides y sus principales síntomas.
Hacer: El tratamiento de las hemorroides puede incluir el uso de cremas específicas, como Proctoacid o Ultraproct, que ayudan a reducir la dilatación de las venas y aliviar el dolor.
Sin embargo, si sus hemorroides no mejoran con el uso de estos ungüentos o con el tiempo, su médico puede recomendarle una cirugía para solucionar el problema.
4. Hernias abdominales
Las hernias abdominales pueden surgir cuando se ejerce mucho esfuerzo para evacuar, y pueden ocurrir con mayor facilidad en personas que sufren de estreñimiento o que resisten las ganas de defecar con regularidad.
La hernia abdominal se caracteriza por una fragilidad en los músculos abdominales, y una parte del intestino puede sobresalir en un punto débil de estos músculos, provocando ciertos síntomas, como dolor, hinchazón y enrojecimiento en el lugar de la hernia.
Hacer: En el caso de una hernia abdominal lo mejor es acudir al médico para que la hernia sea corregida mediante un procedimiento quirúrgico.
Asimismo, es importante mejorar los hábitos alimentarios y de vida, para evitar que la hernia abdominal vuelva a aparecer. Conozca cómo se realiza la cirugía de hernia abdominal.
5. Diverticulitis
La diverticulitis es la inflamación aguda de los divertículos, pequeñas formaciones que aparecen en las paredes del intestino, normalmente debido al estreñimiento crónico.
Cuando estos divertículos se inflaman, pueden provocar síntomas como dolor abdominal, náuseas, vómitos y fiebre. Obtenga más información sobre la diverticulitis.
Hacer: Está indicado acudir al gastroenterólogo tan pronto como aparezcan los primeros síntomas para que se puedan realizar pruebas diagnósticas e iniciar el tratamiento, evitando complicaciones como perforación intestinal e infecciones.
6. Incontinencia fecal
Cuando se ejerce mucha fuerza constantemente para evacuar, los músculos del recto y del ano comienzan a atrofiarse, lo que hace que la persona no pueda controlar la eliminación de la materia fecal, liberando gases y heces tanto sólidas como líquidas de forma involuntaria.
Por este motivo, la incontinencia fecal puede provocar vergüenza y ansiedad, interfiriendo en la calidad de vida de la persona.
Lea también: Incontinencia fecal: síntomas, causas y tratamiento.
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Hacer: Lo más recomendado en el caso de incontinencia fecal es consultar a un coloproctólogo para que evalúe el problema e inicie el mejor tratamiento, que normalmente se realiza a través de fisioterapia y ejercicios para fortalecer los músculos pélvicos, aliviando los síntomas de la incontinencia fecal. .
Además, se recomienda que la persona siga una dieta rica en fibra y baja en alimentos que aumenten las deposiciones, como el café, por ejemplo. Mira cómo se hace la dieta para la incontinencia fecal.
7. Impactación fecal
El estreñimiento prolongado aumenta el riesgo de impactación fecal, una condición en la que las heces se vuelven secas, duras, compactadas y acumuladas en el recto y el ano.
Una vez que se produce la impactación fecal, resulta muy difícil evacuar las heces de forma natural.
Esta condición empeora el estreñimiento, ya que obstruye el paso de las heces y desechos por el ano, dificultando su expulsión.
Hacer: Es importante acudir al médico de cabecera o gastroenterólogo para que le indique el tratamiento más adecuado. La impactación fecal generalmente se trata con medicamentos laxantes, supositorios o enemas.
Aprende cómo evacuar correctamente y evitar las consecuencias:
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