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Colangitis biliar primaria: qué es, síntomas, causas y tratamiento

 

La colangitis biliar primaria es una enfermedad crónica en la que los conductos biliares presentes dentro del hígado se destruyen gradualmente, impidiendo la salida de la bilis, que es una sustancia producida por el hígado y almacenada en la vesícula biliar que ayuda en la digestión de las grasas de la dieta. Por lo tanto, la bilis acumulada puede causar inflamación, destrucción, cicatrización y eventual desarrollo de insuficiencia hepática.

Todavía no existe cura para la colangitis biliar primaria, también conocida como cirrosis biliar primaria; Sin embargo, como la enfermedad puede provocar graves daños en el hígado, existen algunos tratamientos indicados por el gastroenterólogo o hepatólogo que tienen como objetivo retrasar el desarrollo de la enfermedad y aliviar síntomas como dolor abdominal, cansancio excesivo o hinchazón en pies o tobillos. , Por ejemplo.

Cuando la obstrucción de las vías biliares es prolongada, puede haber un daño más severo y más rápido en el hígado, lo que caracteriza la colangitis biliar secundaria, que generalmente se asocia con la presencia de cálculos en la vesícula biliar o tumores.

 

Doctor mostrando un modelo de hígado a un paciente

Síntomas principales

En la mayoría de los casos, la colangitis biliar se identifica antes de que surjan síntomas, especialmente mediante análisis de sangre que se realizan por otro motivo o de forma rutinaria. Sin embargo, los primeros síntomas pueden incluir cansancio constante, picazón en la piel e incluso sequedad en la boca o los ojos.

Cuando la cirrosis biliar se encuentra en estadios avanzados, pueden surgir los siguientes síntomas:

  • Dolor en la región superior derecha del abdomen;
  • Dolor en las articulaciones;
  • dolor muscular;
  • Hinchazón en los pies y tobillos;
  • Abdomen muy hinchado;
  • Acumulación de líquido en el abdomen, situación conocida como ascitis;
  • Depósitos de grasa en la piel del contorno de ojos, párpados, palmas de las manos, plantas de los pies, codos o rodillas;
  • Piel y ojos amarillentos;
  • Huesos más frágiles, lo que aumenta el riesgo de fracturas;
  • Colesterol alto;
  • Diarrea con heces grasosas;
  • hipotiroidismo;
  • Pérdida de peso sin motivo aparente.

Estos síntomas también pueden ser indicativos de otros problemas hepáticos, por lo que lo mejor es consultar a un hepatólogo o gastroenterólogo para diagnosticar correctamente la afección y descartar otras enfermedades con síntomas similares.

Cómo confirmar el diagnóstico.

El diagnóstico de colangitis biliar primaria lo realiza un hepatólogo o gastroenterólogo con base en la historia clínica, los síntomas que presenta la persona y las siguientes pruebas:

  • Análisis de sangre para comprobar los niveles de colesterol, enzimas hepáticas y anticuerpos para detectar enfermedades autoinmunes;
  • Ultrasonido;
  • resonancia magnética;
  • Endoscopia.

Además, el médico puede ordenar una biopsia de hígado para confirmar el diagnóstico o determinar el estadio de la colangitis biliar primaria.

Posibles causas

La causa de la colangitis biliar primaria se desconoce, pero frecuentemente se asocia con personas que padecen enfermedades autoinmunes, por lo que es posible que el propio organismo inicie un proceso de inflamación que destruya las células de las vías biliares. Esta inflamación luego puede extenderse a otras células del hígado y causar daños y cicatrices que comprometan el buen funcionamiento del órgano.

Otros factores que pueden contribuir a la aparición de cirrosis biliar primaria son las infecciones por hongos, parásitos, como Opistorquiso por bacterias, como Escherichia coli, Mycobacterium gordonae enovoesfingobio aromáticos.

Además, las personas que fuman o tienen un familiar con cirrosis biliar primaria tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.

Cómo se realiza el tratamiento

No existe cura para la colangitis biliar primaria; Sin embargo, para retrasar el desarrollo de la enfermedad y aliviar los síntomas, se pueden utilizar los siguientes medicamentos:

  • Ácido ursodesoxicólico: Es uno de los primeros medicamentos utilizados en estos casos, ya que ayuda a que la bilis pase por los conductos y salga del hígado, reduciendo la inflamación y previniendo lesiones en este órgano.
  • Ácido obeticólico: Este medicamento ayuda en el funcionamiento del hígado, reduciendo los síntomas y la progresión de la enfermedad, y puede usarse solo o junto con ácido ursodesoxicólico;
  • Fenofibrato: Este medicamento ayuda a reducir el colesterol y los triglicéridos en la sangre y, cuando se usa junto con ácido ursodesoxicólico, ayuda a reducir la inflamación del hígado y reducir síntomas como la picazón generalizada de la piel.

En los casos más graves, donde el uso de medicamentos no ayuda a retrasar el desarrollo de la enfermedad, o cuando los síntomas continúan siendo muy intensos, el hepatólogo puede indicar un trasplante de hígado, con el objetivo de prolongar la vida de la persona.

Generalmente los casos de trasplante tienen éxito y la enfermedad desaparece por completo, devolviendo la calidad de vida a la persona; sin embargo, puede ser necesario permanecer en una lista de espera hasta que esté disponible un hígado compatible. Vea cómo se realiza un trasplante de hígado.

Asimismo, es común que las personas con cirrosis biliar tengan dificultad para absorber grasas y vitaminas. De esta forma, el médico puede recomendar un seguimiento con un nutricionista para iniciar la suplementación con vitaminas, especialmente vitamina A, D y K, y tener una dieta equilibrada con bajo consumo de sal.