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Atrofia muscular: qué es, síntomas y tratamiento

La atrofia muscular es la pérdida o disminución de la masa muscular, provocando síntomas como debilidad en un brazo, pierna o cara, así como dificultad para tragar o hablar.

Esta pérdida de masa muscular puede estar provocada por un estilo de vida sedentario, permanecer en cama durante largos periodos, lesiones en los nervios o la médula espinal, o por el envejecimiento natural del cuerpo.

El tratamiento de la atrofia muscular lo realiza un ortopedista, neurólogo, médico general o pediatra y suele incluir fisioterapia, terapia ocupacional o cirugía, entre otras opciones.

Imagen ilustrativa número 1

Síntomas de atrofia muscular.

Los principales síntomas de la atrofia muscular son:

  • Debilidad en un brazo, pierna o cara.
  • Dificultad para tragar o hablar.
  • Sensación de entumecimiento u hormigueo en el brazo o la pierna.
  • Dificultad para sentarse, pararse o caminar sin ayuda.

Además, debido a la pérdida de masa muscular, la persona puede tener un brazo o una pierna más pequeño que el otro.

Es importante consultar a un ortopedista, neurólogo, médico general o pediatra cada vez que aparecen síntomas de atrofia muscular, para realizar el diagnóstico, identificar la causa e iniciar el tratamiento más adecuado.

Cómo confirmar el diagnóstico.

El diagnóstico de atrofia muscular lo realiza un ortopedista, neurólogo, médico general o pediatra mediante la evaluación de los síntomas, el historial médico y el examen físico.

Para identificar la causa de la atrofia muscular, su médico puede ordenar pruebas como radiografías, resonancias magnéticas o tomografías computarizadas (TC).

Otras pruebas que pueden ser necesarias incluyen análisis de sangre, electromiografía o incluso una biopsia de músculo o nervio, si es necesario.

Posibles causas

Las principales causas de la atrofia muscular son:

1. Falta de uso de los músculos

La falta de uso de los músculos puede causar atrofia muscular de leve a grave, lo que resulta en una disminución de la masa y la fuerza muscular.

Generalmente, este tipo de atrofia muscular se produce al estar encamado por periodos prolongados o por la inmovilización de un brazo o pierna por fracturas, traumatismos o cirugías, entre otros.

Además, tener un estilo de vida sedentario, trabajar sentado la mayor parte del día o tener problemas de salud como un derrame cerebral u otras enfermedades cerebrales también pueden causar atrofia muscular.

2. Envejecimiento

El envejecimiento natural del cuerpo también puede provocar atrofia muscular, debido a una menor producción de proteínas relacionadas con el crecimiento muscular.

Este tipo de atrofia muscular, conocida como sarcopenia, puede provocar caídas o accidentes en personas mayores debido a la debilidad muscular y la pérdida del equilibrio.

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3. Daño a los nervios

El daño a los nervios que estimulan los músculos puede provocar una disminución de la estimulación muscular y el desarrollo de atrofia.

Este tipo de atrofia puede estar provocada por enfermedades como la esclerosis lateral amiotrófica, el síndrome de Guillain-Barré, la esclerosis múltiple o la poliomielitis, entre otras.

Otras causas incluyen lesiones de la médula espinal, neuropatía diabética o incluso daños por toxinas o consumo excesivo y frecuente de bebidas alcohólicas.

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4. Factores genéticos

La atrofia muscular puede ser causada por factores genéticos, como es el caso de la atrofia muscular espinal (AME).

Aunque es una enfermedad poco común, la AME causa la destrucción progresiva de las células nerviosas en el cerebro y la médula espinal, que controlan los movimientos musculares del cuerpo.

Esto da lugar a síntomas que pueden estar presentes desde la infancia, como dificultad para sostener la cabeza o problemas para alimentarse, entre otros.

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5. Desnutrición

La desnutrición puede provocar atrofia muscular debido a una dieta deficiente en proteínas y nutrientes necesarios para el crecimiento muscular.

Además, este tipo de atrofia muscular puede ser causada por condiciones de salud que reducen la absorción de nutrientes en los intestinos.

Así, la atrofia muscular puede surgir por enfermedades inflamatorias intestinales, síndrome de dumping o cáncer, entre otras. Aprenda qué es el síndrome de dumping.

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6. Alteraciones metabólicas

Las alteraciones metabólicas debidas a la diabetes, la obesidad, la enfermedad de Alzheimer, la caquexia por cáncer o la insuficiencia cardíaca también pueden provocar atrofia muscular.

Esto se debe a que los músculos participan en el metabolismo de los nutrientes, la sensibilidad a la insulina y la utilización de la glucosa.

De esta forma, estas condiciones de salud pueden provocar la liberación de citoquinas inflamatorias, provocar estrés oxidativo y alteraciones hormonales, conduciendo a la pérdida de masa muscular.

¿La atrofia muscular tiene cura?

La atrofia muscular no tiene cura definitiva en la mayoría de los casos, pero es posible tratar y controlar sus síntomas. El tratamiento depende de la causa de la atrofia y puede incluir fisioterapia, ejercicio, medicamentos y, en algunos casos, cirugía.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento de la atrofia muscular debe realizarse bajo la supervisión de un ortopedista, neurólogo, médico de cabecera o pediatra y varía según su causa.

Los principales tratamientos para la atrofia muscular son:

1. Actividad física

Los ejercicios físicos, como el levantamiento de pesas, pueden ayudar a aumentar la masa muscular y se recomiendan en casos de atrofia muscular leve.

Estos ejercicios son especialmente importantes para personas con un estilo de vida sedentario.

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2. Fisioterapia

La fisioterapia para la atrofia muscular está indicada por el médico para mejorar la fuerza y ​​el tono muscular.

Este tipo de tratamiento lo realiza el fisioterapeuta, quien puede recomendar ejercicios de fortalecimiento y estiramiento muscular o utilizar aparatos como ultrasonidos o electroterapia con corriente rusa, entre otros.

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3. Alteraciones en la dieta

Su médico recomienda modificaciones en la dieta para promover el aumento de masa muscular y tratar las deficiencias nutricionales que pueden causar atrofia muscular.

El tratamiento debe realizarse bajo la orientación de un nutricionista e incluye alimentos ricos en proteínas. Ver los principales alimentos ricos en proteínas.

En algunos casos se puede recomendar el uso de complementos alimenticios con ácido fólico, vitamina D, vitaminas B6, B12 y minerales y oligoelementos como calcio y zinc, entre otros.

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4. Terapia ocupacional

La terapia ocupacional puede ser indicada por el médico en casos de atrofia muscular causada por daño a los nervios o factores genéticos.

Este tipo de tratamiento ayuda a mejorar la calidad de vida y es realizado por un terapeuta ocupacional.

En las sesiones de terapia ocupacional, el profesional ayuda a la persona a utilizar algún equipo auxiliar, como utensilios especiales o una silla de ruedas.

5. Uso de medicamentos

El uso de medicamentos para la atrofia muscular está indicado por el médico en el caso de atrofia muscular espinal (AME).

En este caso, el medicamento recomendado es Spinraza, que ayuda a reducir los síntomas de atrofia provocados por una alteración en el gen SMN-1.

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Asimismo, también existe Evrysdi, un medicamento que está indicado para el tratamiento de la atrofia muscular espinal 5q en personas que tengan un diagnóstico clínico de AME Tipo 1, Tipo 2 o Tipo 3, o que tengan entre una y cuatro copias del gen SMN2. . .

Adicionalmente, el uso de medicamentos puede estar indicado para controlar enfermedades que causan daño a los nervios, y se realiza con fármacos específicos para estas enfermedades.

6. Cirugía

La cirugía para la atrofia muscular puede ser indicada por el médico en casos de tensión o contractura muscular severa que provoque deformidad en la extremidad afectada.